domingo, 15 de noviembre de 2015

Chocolate Literario







Tradición Oral

Desde tiempos anteriores a la escritura, la tradición oral ha sido la forma de transmitir la cultura, la experiencia y las tradiciones de una sociedad a través de cantos, conjuros, cuentos, fábulas, leyendas, mitos, oraciones y relatos, entre otros. Se transmite de padres a hijos, de generación en generación, llegando hasta nuestros días, y tiene como función primordial la de conservar los conocimientos ancestrales a través de los tiempos.

Esta forma de transmisión suele distorsionar los hechos con el paso de los años, por lo que estos relatos sufren variaciones en las maneras de contarse, perdiendo a veces su sentido inicial.

La cultura oral y la tradición oral son material cultural y las tradiciones se transmiten oralmente de una generación a otra. Los mensajes o los testimonios son transmitidos verbalmente a través del habla o la canción y pueden tomar la forma, por ejemplo, de cuentos, leyendas, refranes, coplas, bombas, romances, canciones o cantos. De esta manera, es posible que una sociedad pueda transmitir la historia oral, la literatura oral, la ley oral y otros conocimientos a través de generaciones sin un sistema de escritura.

 El Cuento

Un cuento es una narración breve creada por uno o varios autores, basada en hechos reales o ficticios, cuya trama es protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento relativamente sencillo.

La Leyenda

Una leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados  generalmente, el relato se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico,
se ubica en un tiempo y lugar que resultan familiares a los miembros de una comunidad. En las leyendas que presentan elementos sobrenaturales como milagros, presencia de criaturas férricas o de ultratumba, etc., estos se presentan como reales, pues forman parte de la visión del mundo propia de la comunidad en la que se origina la leyenda.

Se define a la leyenda como un relato folclórico con bases históricas.

Contrariamente al mito, que se ocupa de dioses, la leyenda se ocupa de hombres que representan diferentes tipos humanos característicos, como el  héroe o el anciano sabio.




Leyenda del Chocolate


Cuenta la leyenda que Quetzalcóatl descendió un día con los toltecas haciéndoles algunos hermosos regalos, los hizo dueños del maíz, frijol y yuca, con los cuales pudieron estar bien alimentados. Emplearon sus horas en estudiar y se convirtieron en grandes arquitectos, escultores y finos trabajadores de artesanía. Como los amaba tanto decidió darles una planta que había robado a los dioses que eran sus hermanos.


Sustrajo el pequeño arbusto de hojas rojas y la plantó en los campos de tula; pidió a Tláloc que la alimentara con lluvia y a  Xochiquetzal que la adornara con sus flores. Con el tiempo este arbusto dio frutos y los enseño a recogerlos, tostarlos, molerlos y a batirlo con agua en jícaras, obteniendo así el Chocolate, el cual era sólo para dioses, sacerdotes y nobles. Posteriormente todo el pueblo comenzó a consumirlo, convirtiendo a los toltecas en ricos, sabios constructores y artistas, lo cual despertó la envidia y furia de los dioses, al saber que estaban tomando una bebida digna de ellos. 



Un día, uno de los dioses disfrazado de mercader, le ofreció a Quetzalcóatl una bebida llamada tlachihuitli (pulque) con la cual le prometió olvidar sus penas y problemas, este la bebió y se embriago profundamente, fue tanta la vergüenza y deshonra a sus hermanos Dioses, que decidió marcharse para siempre.

A su partida se dio cuenta que todas las plantas de cacao se habían secado, sin embargo, arrojó las ultimas semillas de cacao en Neonalco (Tabasco), las cuales florecieron bajo su mano y subsistieron hasta nuestros días.


La palabra “cacao” deriva del Olmeca y del subsecuente lenguaje maya “kakaw”; el término relacionado con el chocolate “cacahuatl” es náhuatl.

Aunque en la actualidad el origen del cacao sigue siendo una incógnita, la mitología prehispánica de México vincula a dos dioses: Quetzalcóatl, representado como “Serpiente de plumas preciosas” (de origen Azteca) y Ek-Chuah, “Dios del cacao, de la guerra y benefactor de los mercaderes” (de origen Maya).

Los Olmecas molían las habas de cacao mezcladas con agua y saboreaban la delicia de la semilla en forma de bebida. Con el paso del tiempo, la cultura del cacao se extendió a las poblaciones Mayas (600 A.C.) y Aztecas (1400 A.C.). En ese entonces el haba de cacao era utilizada como unidad monetaria y de medida.



 En tiempo de guerra, las culturas Azteca, Maya y Chichimeca utilizaban el cacao como impuesto en las zonas conquistadas. Para estas civilizaciones, el cacao era un símbolo de abundancia que se empleaba al momento de rituales religiosos dedicados a Quetzalcóatl y a otras divinidades.

Pero no fue sino hasta 1519 que el “oro moreno” cautivó el paladar de Hernán Cortés, quien después de haberlo saboreado al lado del emperador azteca Moctezuma, años después lo llevaría a la Corte de España.
 

 Así fue como la cultura del cacao continuó extendiéndose a merced de los flujos migratorios en Mesoamérica, dándose a conocer las virtudes vigorizantes y tónicas de la semilla por todo el mundo.




Leyenda de Axolotl

En la mitología náhuatl, el ajolote es la advocación acuática del dios Xolotl, hermano mellizo de Quetzalcóatl, monstruoso a causa del nacimiento gemelar. Xolotl se encuentra asociado a la idea del movimiento y de la vida, de acuerdo con la leyenda del quinto sol. La dualidad se manifiesta en las transformaciones a las que recurre para evitar el sacrificio.
Bernardino de Sahagún cuenta que Xolotl rehusaba la muerte, huyendo cuando vio llegar al verdugo y, ocultándose en las milpas, se convirtió en una planta de maíz de dos cañas o ajolote (xolotl); al ser descubierto echó a correr otra vez y se escondió en un magueyal, donde tomó la forma de una penca doble o mejolote (metl-maguey y xolotl).
Una vez más lo halló el verdugo y escapó de nuevo introduciéndose al agua, donde se transformó en un pez llamado axolotl. Ésta es su última metamorfosis. Finalmente, el verdugo lo atrapó y le dio muerte. Xolotl es un dios que le tiene miedo a la muerte, que no la acepta y quiere escapar de ella mediante sus poderes de transformación.









 El juego de Pelota / Popol Vuh







 El Conejo en la Luna

 

  







Leyenda de La llorona


En la ciudad de México durante el siglo XVI la gente cuenta que una noche se comenzaron a escuchar muchos llantos, sollozos y quejidos de dolor, por eso es que todos se preocuparon, pero tampoco podían salir a ver qué sucedía, era simplemente una mujer a la que tal vez habían abandonado.

Todos los días siguieron escuchándose los quejidos y demás sonidos que ella emitía, con el tiempo algunos osados que no tenían miedo salieron a ver de qué se trataba y así lograron verla caminando con su traje totalmente blanco y su cabello suelto llorando por toda la ciudad, con el tiempo alguno que otro la siguió para ver a donde se dirigía, pero cuando ella llegaba hacia el lago desaparecía como si se metiera dentro de las aguas.

Nadie sabe mucho de esta mujer, solo se dice que estaba en busca de sus hijos, que sus llantos parecían traídos desde el inframundo y la apodaron como La llorona.



 

 

 

Leyenda del Fuego


Hace ya muchos años existían varias culturas, una de ellas eran los huicholes, quienes trabajaban diario muy duro, sus vidas eran muy duras y tristes, en las noches de invierno cuando el frio era demasiado, los hombres mujeres y niños, sufrían mucho, y lo único que querían era que siempre fuera de día.

Un día cayó un rayo en un árbol, provocando un gran fuego algo que nadie conocía, los enemigos de los huicholes, querían conservar el fuego para ellos, no queriendo que nadie más tuviera algo tan preciado lo protegieron.
Ellos para poder conservarlo, tenían que alimentarlo constantemente para que este no se apagara, mientras unos lo cuidaban, otros buscaban arboles u otras cosas para seguir alimentándolo.

Algunos huicholes intentaron robarse el fuego, lo único que lograron fue morir en el intento.
Al ver esto algunos animales, como el venado, el coyote, el tlacuache decidieron ayudar a los huicholes entonces el tlacuache prometió robarles el fuego.



El tlacuache se acerco al campamento y lo estudio por varios días, espero y espero, a la séptima noche mientras los guardias dormían, entro al campamento y utilizo su cola para robarse el fuego.
El tlacuache logro llegar con los huicholes y les entrego el fuego, aunque el tlacuache había sufrido quemaduras en su cola, provocando que esta nunca volviera a llenarse de pelo, estaba muy feliz porque había cumplido con su deber.