El ser
padres no es complejo, el ser buenos padres sí.
El ser padres no solo es una tarea de desgaste
físico, mental y emocional. Evidentemente es una tarea muy satisfactoria, sino
nadie tendría hijos. Pero no es un camino de rosas, tiene muchas
complicaciones.
El ser buenos padres no solo influirá en el futuro de la
educación de nuestros hijos, también en nuestra propia satisfacción con el rol
de padres.
- Creo que la primera y la más recomendable, es no perder nunca la perspectiva de tu hijo/a. No se nos puede olvidar lo que pensábamos o
sentíamos a su edad, en ese o aquel tema. Si ya se nos ha olvidado, hay
que hacer un esfuerzo por recordarlo. Y os recomiendo esto, porque es
precisamente la MAYOR DE LAS VENTAJAS DE LOS PADRES. Nosotros ya hemos
pasado por esa etapa, y más o menos (con distintos matices), podemos saber
qué piensa o qué siente si le dices que deje de ver dibujos o que hay que
hacer los deberes. Podemos jugar con ello, negociar con él y saber o
predecir, con más o menos acierto, cómo responderá. Está claro que con 3
años no nos vamos a acordar de lo que pensábamos y de lo que sentíamos,
pero un poco más creciditos, sí podemos hacer el esfuerzo por recordarlo.
Poneros en su lugar y calcular sus reacciones, ahora adaptarlas a la
situación problemática que se plantea en ese momento y tendréis más
opciones de acertar con la medida que toméis. Suena complicado, pero lo
hacemos con nuestros amigos, familiares, pareja… ¿por qué a veces no lo
hacemos con nuestros hijos y tratamos simplemente de imponer sin más
nuestro criterio? Practicar, cada vez se os dará mejor.
- La comunicación es el principio fundamental para tener buenas relaciones.
Habla con ellos de todo lo que puedas, haz un esfuerzo, aunque llegues
cansado del trabajo. Pregúntales por su día, cuéntales cosas del tuyo…
Diles cosas bonitas y agradables, los elogios son un arma potentísima en
la educación de los niños. No dejes nunca de decirles que les quieres, de
darles un beso, un abrazo, de expresar vuestras emociones. Sin
comunicación es cuando comienzan las especulaciones, el aislamiento, el
alejamiento… y dejamos un buen día de “conocer” a nuestros hijos.
- Somos el primer ejemplo. Al menos, durante los primeros años de vida, no solo somos el
primer ejemplo, somos el único. Luego van adquiriendo más modelos como
profesores, amigos, ídolos juveniles… Estos e importante de tener en
cuenta, porque nuestras conductas, estilos y formas de vida van a
influirlos mucho. La educación no solo es decirle lo que debe hacer, es
cundir con el ejemplo, en alimentación, en conducta, en deporte, en
hábitos de higiene, en lectura, en estudios, en ocio, en habilidades sociales… Seamos un poco consecuentes.
- Educar en las diferencias. La pluralidad es buena, no nos engañemos, sino no hubiera habido
genios a lo largo de la historia que hubieran destacado del resto. Si
tengo varios hijos, no tienen que ser iguales. Puede que las pautas que
les demos sean las mismas, pero no el resultado, casi seguro. Admitamos
esas diferencias, potenciemos lo bueno, corrijamos lo inadecuado.
Enseñémosles también a que se acepten con esas diferencias.
- Disfrutemos de la vida con ellos. El que suponen un aumento del trabajo para los
padres es completamente cierto. Pero cómo queramos llevar esa carga es
elección nuestra. Podemos verla como una carga pesada y o cansarnos o
estresarnos. O podemos verlo de otra forma, de forma divertida, amena,
entretenida. Riámonos con ellos, déjale que te ayude a batir
los huevos, vete a ver su partido de fútbol y anímale,
llévatelos de paseo por el río aunque sea tarde…Todo dentro de unos
límites, todos necesitamos nuestras rutinas y horarios.
- Estilo educacional. Existen diversos estilos de educación: el
autoritario, el permisivo, el sobreprotector y el asertivo. De los cuatro todos tienen sus pros y contras, pero
el más beneficioso para tus hijos y para vosotros es el asertivo. Las
principales características de este estilo en los padres son:
- Usa adecuadamente los premios y los castigos.
- Usa los elogios, el refuerzo verbal positivo.
- Usa el diálogo y la negociación.
- Estimula la independencia y la autonomía.
- Propone normas claras y adecuadas.
- Favorece el paso del control externo de la
conducta del hijo al propio autocontrol.
Las principales características de los niños, cuyos
padres tienen este estilo educativo, son las siguientes:
- Buen nivel de autoestima.
- Aprende a tomar decisiones.
- Adquiere responsabilidades.
- Respeta las normas.
- Buena capacidad de socialización.
7. Nos hemos
equivocado. Si esto sucede, que pasará muy a menudo, conviene
aprender a pedirles perdón. Hay que reconocer los errores, somos humanos, y hay
que dar ejemplo también de esta forma. Es un ejercicio buenísimo para ellos y
sobre todo para nosotros.
8. La paciencia es la mejor de las virtudes. Por mucho que lo pienses, no lo hace para fastidiarte y sacarte de tus
casillas. El problema es que tus intereses y los suyos, en muchísimas ocasiones
chocan. Por eso la importancia de no perder su perspectiva y jugar con esa
ventaja. Ahora, lo complicado es que ellos se pongan en tu papel. Una
propuesta: si ya comienza a tener cierta edad (10 años para arriba, por
ejemplo), proponle que durante un día se encargue él (o ella) de planificar la
vida en el hogar, con todas las responsabilidades que ello implica, no le
quitéis ninguna (comidas, horarios…) Si os solicita ayuda se la otorgáis, si
no, a ver el resultado. A lo mejor se da cuenta de que vuestra posición tampoco
es sencilla. Tener siempre la mayor de las paciencias, es el mejor aliado en el
trabajo de los padres.
9. Evita los castigos. Hay más métodos para enseñarles
a hacer bien las cosas, infórmate de ellos. El castigo es la peor elección. Con
el castigo no aprenden cuál es la forma correcta de hacerlo, solo la que no es
correcta. Provoca resentimientos, tristeza (en ellos y en ti), miedo ante un
nuevo castigo, aprenden que es un método de educación válido y en un futuro lo
pondrán en práctica… ¿De verdad quieres que aprendan todo esto? En ocasiones
parece que no hay otra alternativa, pero usarlo de forma eficaz y sin provocar
todo lo anterior es muy complicado.
10. Educa en la autonomía. La sobreprotección tiene sus
ventajas, pero solo lo son para los padres. Nos quita de disgustos y de
preocupaciones. ¡Mejor que no se apunte a natación, no vaya a ser que se
ahogue! Hay que abrir los ojos. Debemos ENSEÑARLES A HACER LAS COSAS POR SÍ
MISMOS. Hay que darles la oportunidad de que se equivoquen, de que se caigan,
de que fallen. De los errores y la práctica se aprende. Tienen que aprender a
asumir responsabilidades, y ¿cómo van a hacerlo si me paso todo el día
haciéndole yo todo? Confía un poco más en él/ella. Todo esto, utilizando el
sentido común y la lógica, hay que tener bien presente la edad que tiene
vuestro hijo/a, para saber qué cosas puede y no puede hacer todavía.
Como se dice
vulgarmente, el ser padres es una aventura. Pero tenéis muchas elecciones a lo
largo del camino, de las que escojas, puede depender que esa aventura tenga un
buen final o un final no deseado. Buena suerte.