jueves, 1 de diciembre de 2016

10 Pistas Para Ser Buenos Padres



El ser padres no es complejo, el ser buenos padres sí.
El ser padres no solo es una tarea de desgaste físico, mental y emocional. Evidentemente es una tarea muy satisfactoria, sino nadie tendría hijos. Pero no es un camino de rosas, tiene muchas complicaciones. 
El ser buenos padres no solo influirá en el futuro de la educación de nuestros hijos, también en nuestra propia satisfacción con el rol de padres.




  1. Creo que la primera y la más recomendable, es no perder nunca la perspectiva de tu hijo/a. No se nos puede olvidar lo que pensábamos o sentíamos a su edad, en ese o aquel tema. Si ya se nos ha olvidado, hay que hacer un esfuerzo por recordarlo. Y os recomiendo esto, porque es precisamente la MAYOR DE LAS VENTAJAS DE LOS PADRES. Nosotros ya hemos pasado por esa etapa, y más o menos (con distintos matices), podemos saber qué piensa o qué siente si le dices que deje de ver dibujos o que hay que hacer los deberes. Podemos jugar con ello, negociar con él y saber o predecir, con más o menos acierto, cómo responderá. Está claro que con 3 años no nos vamos a acordar de lo que pensábamos y de lo que sentíamos, pero un poco más creciditos, sí podemos hacer el esfuerzo por recordarlo. Poneros en su lugar y calcular sus reacciones, ahora adaptarlas a la situación problemática que se plantea en ese momento y tendréis más opciones de acertar con la medida que toméis. Suena complicado, pero lo hacemos con nuestros amigos, familiares, pareja… ¿por qué a veces no lo hacemos con nuestros hijos y tratamos simplemente de imponer sin más nuestro criterio? Practicar, cada vez se os dará mejor.
  2. La comunicación es el principio fundamental para tener buenas relaciones.  Habla con ellos de todo lo que puedas, haz un esfuerzo, aunque llegues cansado del trabajo. Pregúntales por su día, cuéntales cosas del tuyo… Diles cosas bonitas y agradables, los elogios son un arma potentísima en la educación de los niños. No dejes nunca de decirles que les quieres, de darles un beso, un abrazo, de expresar vuestras emociones. Sin comunicación es cuando comienzan las especulaciones, el aislamiento, el alejamiento… y dejamos un buen día de “conocer” a nuestros hijos.
  3. Somos el primer ejemplo. Al menos, durante los primeros años de vida, no solo somos el primer ejemplo, somos el único. Luego van adquiriendo más modelos como profesores, amigos, ídolos juveniles… Estos e importante de tener en cuenta, porque nuestras conductas, estilos y formas de vida van a influirlos mucho. La educación no solo es decirle lo que debe hacer, es cundir con el ejemplo, en alimentación, en conducta, en deporte, en hábitos de higiene, en lectura, en estudios, en ocio,  en habilidades sociales… Seamos un poco consecuentes.
  4. Educar en las diferencias. La pluralidad es buena, no nos engañemos, sino no hubiera habido genios a lo largo de la historia que hubieran destacado del resto. Si tengo varios hijos, no tienen que ser iguales. Puede que las pautas que les demos sean las mismas, pero no el resultado, casi seguro. Admitamos esas diferencias, potenciemos lo bueno, corrijamos lo inadecuado. Enseñémosles también a que se acepten con esas diferencias.
  5. Disfrutemos de la vida con ellos. El que suponen un aumento del trabajo para los padres es completamente cierto. Pero cómo queramos llevar esa carga es elección nuestra. Podemos verla como una carga pesada y o cansarnos o estresarnos. O podemos verlo de otra forma, de forma divertida, amena, entretenida. Riámonos con ellos, déjale que te ayude a batir los huevos, vete a ver su partido de fútbol y anímale, llévatelos de paseo por el río aunque sea tarde…Todo dentro de unos límites, todos necesitamos nuestras rutinas y horarios.
  6. Estilo educacional. Existen diversos estilos de educación: el autoritario, el permisivo, el sobreprotector y el asertivo. De los cuatro todos tienen sus pros y contras, pero el más beneficioso para tus hijos y para vosotros es el asertivo. Las principales características de este estilo en los padres son:
    • Usa adecuadamente los premios y los castigos.
    • Usa los elogios, el refuerzo verbal positivo.
    • Usa el diálogo y la negociación.
    • Estimula la independencia y la autonomía.
    • Propone normas claras y adecuadas.
    • Favorece el paso del control externo de la conducta del hijo al propio autocontrol.
Las principales características de los niños, cuyos padres tienen este estilo  educativo, son las siguientes:
  • Buen nivel de autoestima.
  • Aprende a tomar decisiones.
  • Adquiere responsabilidades.
  • Respeta las normas.
  • Buena capacidad de socialización.

   
7. Nos hemos equivocado. Si esto sucede, que pasará muy a menudo, conviene aprender a pedirles perdón. Hay que reconocer los errores, somos humanos, y hay que dar ejemplo también de esta forma. Es un ejercicio buenísimo para ellos y sobre todo para nosotros.
     8. La paciencia es la mejor de las virtudes. Por mucho que lo pienses, no lo hace para fastidiarte y sacarte de tus casillas. El problema es que tus intereses y los suyos, en muchísimas ocasiones chocan. Por eso la importancia de no perder su perspectiva y jugar con esa ventaja. Ahora, lo complicado es que ellos se pongan en tu papel. Una propuesta: si ya comienza a tener cierta edad (10 años para arriba, por ejemplo), proponle que durante un día se encargue él (o ella) de planificar la vida en el hogar, con todas las responsabilidades que ello implica, no le quitéis ninguna (comidas, horarios…) Si os solicita ayuda se la otorgáis, si no, a ver el resultado. A lo mejor se da cuenta de que vuestra posición tampoco es sencilla. Tener siempre la mayor de las paciencias, es el mejor aliado en el trabajo de los padres.
    9. Evita los castigos. Hay más métodos para enseñarles a hacer bien las cosas, infórmate de ellos. El castigo es la peor elección. Con el castigo no aprenden cuál es la forma correcta de hacerlo, solo la que no es correcta. Provoca resentimientos, tristeza (en ellos y en ti), miedo ante un nuevo castigo, aprenden que es un método de educación válido y en un futuro lo pondrán en práctica… ¿De verdad quieres que aprendan todo esto? En ocasiones parece que no hay otra alternativa, pero usarlo de forma eficaz y sin provocar todo lo anterior es muy complicado.
   10.  Educa en la autonomía. La sobreprotección tiene sus ventajas, pero solo lo son para los padres. Nos quita de disgustos y de preocupaciones. ¡Mejor que no se apunte a natación, no vaya a ser que se ahogue! Hay que abrir los ojos. Debemos ENSEÑARLES A HACER LAS COSAS POR SÍ MISMOS. Hay que darles la oportunidad de que se equivoquen, de que se caigan, de que fallen. De los errores y la práctica se aprende. Tienen que aprender a asumir responsabilidades, y ¿cómo van a hacerlo si me paso todo el día haciéndole yo todo? Confía un poco más en él/ella. Todo esto, utilizando el sentido común y la lógica, hay que tener bien presente la edad que tiene vuestro hijo/a, para saber qué cosas puede y no puede hacer todavía.

Como se dice vulgarmente, el ser padres es una aventura. Pero tenéis muchas elecciones a lo largo del camino, de las que escojas, puede depender que esa aventura tenga un buen final o un final no deseado. Buena suerte.






 




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